Fecha: 11/04/2011
Fuente: http://br.noticias.yahoo.com
Por Circe Bonatelli | Agencia Estado - Lunes, 11 de abril 2011 11:59 EDT
Las bolsas de plástico de supermercados causan menos daño al medio ambiente que otros tipos, cuando la comparación tiene en cuenta el uso de la bolsa por única vez, sostiene un estudio realizado por la Agencia del Medio Ambiente de Inglaterra.
La investigación del órgano gubernamental inglés explica que las bolsas de papel, plástico resistente (polipropileno) y algodón consumen más materia-prima y energía para su fabricación. Por eso, tendrían que ser reutilizadas 3, 11 o 131 veces, respectivamente, para causar menos daño ambiental que una bolsa plástica usada apenas una vez.
El estudio divulgado en febrero en el Reino Unido analiza específicamente, el potencial de calentamiento global de los diferentes modelos de bolsas. Para ello, los investigadores Chris Edwards y Jonna Meyhoff Fry acompañaron el ciclo de vida (extracción de materia prima, manufactura, distribución, uso, reuso y descarte) de cada modelo. En cada una de las etapas del ciclo de vida fue contabilizada la cantidad de gases generadores del efecto estufa emitidos por el consumo de energía en la fabricación y en el transporte de mercaderías, además de los desperdicios de materiales durante el proceso.
A partir de ese acompañamiento los investigadores cerificaron que, en su ciclo de vida completo, una bolsa plástica común emite 1,5 kg de gas carbónico y otros gases que contribuyen al calentamiento global. El dato ya considera que 40% de ese tipo de bolsa son reutilizadas con frecuencia por los ingleses para acondicionar los residuos domiciliarios. Ya el ciclo de vida de otras bolsas tiene un impacto considerablemente mayor al papel (5,53 kg) y al plástico resistente (21,5 kg. Eso es lo que explica la necesidad de tantos re-usos para neutralizar la fabricación de esos modelos, de acuerdo con la investigación.
Otro punto importante fue la constatación de que, en Inglaterra, el uso de materias primas y la fabricación de las bolsas concentran un promedio del 70% de esas emisiones de carbono. A partir de esos datos, el estudio concluyó todavía que las bolsas que fueron hechas para durar más – como las de plástico más resistente o las de algodón – también exigen más recursos para su fabricación. Por lo tanto, si no fueran reutilizadas debidamente, el potencial de calentamiento global puede ser peor que de las bolsas plásticas.
Reacciones en Brasil
El presidente del Instituto Akatu de Consumo Conciente, Hélio Matar, afirmó que, a pesar de esos resultados, las bolsas plásticas no son una opción sustentable, Según él, es preciso ponderar los datos de la investigación. Él recordó que los estudios fueron realizados en Inglaterra, donde la matriz energética basada en combustibles fósiles torna la actividad industrial – y la fabricación de cualquier tipo de bolsa plástica – mucho mas contaminante. “En Brasil, el resultado ciertamente sería diferente”, dice al recordar que el país tiene una matriz energética limpia, basada en hidroeléctricas.
Para Claudio José Jorge, presidente de la Fundación Verde (Funverde), la investigación destaca la realidad en Brasil por otro motivo: la bolsa de algodón acostumbra ser más grande que la bolsa plástica convencional y puede recibir prácticamente el doble de ítems. “Una bolsa retornable sustituye más de una bolsa plástica y carga más ítems en el supermercado ó feria. Eso ayuda a neutralizar el impacto de la fabricación”, defiende.
Hélio Matar agregó que las bolsas plásticas también son responsables por otros daños ambientales no contabilizados en la investigación, cuyo foco fue el calentamiento global. “El volumen de las bolsas descartadas en Brasil es gigante, en torno de 150 billones de unidades por año”, dice. Según Matar, eso crea problemas de obstrucción de desagües en las ciudades, además de sobrecargar los rellenos sanitarios. “En un país con recursos financieros limitados como el nuestro, eso representa una dificultad a mas de una administración publica”, afirmó.
Miguel Bahiense, presidente de Plastivida, entidad ligada al sector productivo de plástico en Brasil y divulgador de la investigación en el país, tiene una opinión contraria. “Los cuestionamientos en Brasil no tienen en cuenta las cuestiones técnicas y ambientales. Si la bolsa plástica tiene el mejor desempeño en la investigación, por qué prohibir el producto?”, argumenta. Bahiense todavía sugiere que, en vez de prohibir las bolsas plásticas, como ocurrió en algunas ciudades, es preciso concientizar a la población. Él defiende la necesidad de enseñar a los ciudadanos a disminuir el consumo de bolsas, reaprovecharlas al máximo y encaminarlas para el reciclado, siempre que sea posible.